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Las fluctuaciones de peso y el riesgo cardiaco

Las fluctuaciones de peso y el riesgo cardiaco


Miles de personas cada día intentan bajar de peso acudiendo a dietas estrictas u otras herramientas que permiten una brusca pérdida de kilos, pero lamentablemente, muchos de esos kilos se recuperan poco tiempo después. Estas fluctuaciones de peso constantes no sólo desmotivan y frustran sino que además, podrían inrementar el riesgo cardíaco.

Un peso estable: objetivo ideal

Mantener el peso a lo largo del tiempo, con cambios de máximo dos o tres kilos más o menos sería lo ideal para cuidar la salud y sentirnos conformes con nuestro cambio de hábitos, sin embargo, en la mayoría de las ocasiones esto no sucede.

Un reciente estudio publicado en la revista Circulation muestra que si bien el sobrepeso en la edad adulta se asocia a mayor riesgo cardíaco, los cambios de peso constantes o las caídas y aumentos de peso de forma cíclica se vincularon a un riesgo superior de muerte cardíaca súbita así como por enfermedad coronaria.

El estudio se llevó a cabo durante 11 años de seguimiento y evaluó a más de 158 mil mujeres adultas, por lo tanto, la asociación se vio significativa siendo mayor el impacto de las fluctuaciones de peso en aquellas mujeres de peso normal.

No obstante, aun no son claras las razones por las cuales el cambio de peso constante podría incrementar el riesgo coronario y cardíaco.

Una explicación a ello puede ser el gran cambio metabólico que producen las "dietas yo-yo" o muy estrictas que favorecen la brusca pérdida de peso y la posterior recuperación de kilos perdidos.

Cambios hormonales

Cambios en hormonas que regulan el hambre, en el metabolismo y en el tejido adiposo pueden volver muy difícil el mantenimiento del peso perdido y además, pueden ser responsables de un estrés considerable para todo el cuerpo que, finalmente dañe el sistema cardio- circulatorio.

Debemos tener en cuenta que reducir y aumentar cíclicamente el peso y masa corporal, implica también cambiar constantemente de volumen sanguíneo circulante y ello, a largo plazo podría significar una sobrecarga para el sistema cardíaco y circulatorio que ocasione entre otras cosas, este mayor riesgo cardíaco.

En definitiva, lo ideal sería buscar un peso estable en el tiempo y ante la imposibilidad de lograrlo, muchas veces es preferible conservar un peso ligeramente elevado pero acompañado de ejercicio y otros hábitos sanos que someternos a una dieta estricta que provoque una caída brusca de peso con recuperación de kilos posterior.